Buenos Aires
La Noche de las Librerías
Un evento organizado por el Gobierno de la Ciudad de
Buenos Aires, en el que participaron libreros, escritores y artistas. Una noche
de fiesta en la calle Corrientes y en algunos barrios de la ciudad. Y además, es gratuito. Perfecto para fin de mes, cuando el chanchito está en rojo.
Parecería que la noche y la cultura tienen mucho más
en común de lo que imaginamos. Parecería que de noche, la magia y el misterio
van de la mano de la cultura. El arte se vuelve masivo y voluptuoso. La avidez
por leer, ver y escuchar se agiganta. Y así fue como se desarrolló una nueva
Noche de las Librerías en la Ciudad de Buenos Aires.
La apertura en el teatro San Martín estuvo a cargo
del ministro de Cultura de la CABA Hernán Lombardi, quien manifestó su alegría
por el evento. “¿Alguien imagina Buenos Aires sin librerías? No sería Buenos
Aires”, dijo el ministro.
El sector privado estuvo representado por la
Asociación de Literatura Infantil y Juvenil de la Argentina, la Cámara
Argentina del Libro, la Cámara Argentina de Papelerías, Librerías y Afines, la
Cámara Argentina de Publicaciones y la Fundación El Libro.
La propuesta de este año incluyó a los chicos, que
se divirtieron con las búsquedas de tesoros y con las narraciones de cuentos
infantiles en bares, como El gato negro. También participaron otros barrios de
la CABA como Palermo y San Telmo.
Espectáculos. Hubo recitales de Marikena Monti, que ofreció “Alfonsina
hoy”, sobre textos de la escritora con música de Luis María Serra. Sandra
Mihanovich cantó temas clásicos de María Elena Walsh. Y casi al final de la noche,
Antonio Birabent musicalizó poemas de Baldomero Fernández Moreno.
Sandra Mihanovich cantó temas de María Elena Walsh y nos sentimos niños otras vez. |
Marikena Monti homenajeó a Alfonsina Storni |
Más de una decena de dibujantes e ilustradores trabajaron
sobre un mural a 50 metros del Centro Cultural General San Martín. Hubo livings
improvisados en medio de la avenida Corrientes con libreros reconocidos que
recomendaban libros a los visitantes y también escritores que contaban sus
experiencias a la gente. En esos livings había gente tomando mate, jugando al
ajedrez o a las damas y leyendo sus adquisiciones. Y a medida que iba cayendo
la noche, la avenida se llenaba de más gente entusiasmada con la propuesta.
No
faltaron los locos de Buenos Aires persiguiendo la luna por Callao ni los
chicos que se sorprendían con los libros antiguos, ni los adolescentes que
cantaban y bailaban las canciones de María Elena Walsh presentadas por Sandra
Mihanovich. No faltó el tango emblemático de la ciudad. No faltó nada.
El entusiasmo crecía junto con el calor y llegó un
momento en que las librerías desbordaban de gente y ya casi no se podía entrar.
Una fiesta con un aire vintage y emotivo.
Para los enamorados de Buenos Aires, estos eventos
renuevan el vínculo. Y nos volvemos a enamorar de la ciudad como cuando éramos
adolescentes. Y nos volvemos a emocionar.
Marta Gatti
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